v de viajar v de vivir
“Aún así, pese a todo ello, viajar es el gran amor de mi vida. Siempre he pensado, desde los 16 años, cuando me fui a Rusia con lo que había ahorrado cuidando niños, que todo gasto o sacrificio son válidos con tal de viajar. Un viaje despierta en mi lo mismo que siente una madre por su bebé insoportable, diarreico y nervioso: me importa un bledo lo mucho que me haga sufrir. Porque lo adoro. Porque es mío. Porque es idéntico a mi. Me puede vomitar encima todo lo que quiera. Me da igual”
La Cote d’Azur. 31 de agosto 2025.
El texto no es mio, es de mi película siempre citada Eat Pray Love. Porque pasan los años y yo no encuentro una mejor forma de describir lo que [me] significa viajar. Tampoco encuentro una mejor forma de vivir. Viajar no significa cruzar el océano, como este verano, viajar es moverme - leí el otro día que viajar, lejos de escapar, es la forma de estar más en el aqui y ahora que nunca. Viajar me saca de mi zona de confort absolutamente todas las veces. Viajar es la forma en que elijo pasar mi cumpleaños y algunos otros días importantes o no importantes cada año. Viajar es el puente que me lleva siempre a mis seres queridos. Viajar es la forma de acompañar que encuentro. Viajar es la forma de volver a mi. El año pasado recibí mi cumpleaños en Italia después de un mes haciendo un voluntariado en España. Este año es en Francia.
En estos días en Francia - país con un idioma que NO hablo, lo veía con más claridad: cenar en una mesa con gente hablando francés es como sentir que volver a tener 5 años y estas sentado en la mesa de adultos: no hay mucho que aportar más que una sonrisa y señas. Obvio ya empecé a estudiar francés y obvio algunas frases ya aprendí, pero nada me mueve más que escucharlos, observarlos, en lo concreto y en lo abstracto. En ninguna otra situación me siento más viva. En ninguna otra situación me siento más motivada, feliz, en mi. De la cultura francesa me sorprende (y encanta) su calma, su seguridad, su mezquina simpatía, las sonrisas son menos que en cualquier cultura más intensa a las que estoy acostumbrada, pero su calidez se representa en otras formas. Compartí muchas comidas con franceses y su hospitalidad siempre ha sido impecable. Su puntualidad también. Me encantan sus protocolos - implícitos y explícitos -. Me gusta que hablen bajito, que en el tren se levanten para hablar por teléfono y lo hagan en un pasillo alejados para no molestar. La sofisticación francesa que se representa en cada uno de sus movimientos me parte. Aprendí que Bonjour se dice hasta las 6 PM (y después recién es Bonsoir y en la noche casi antes de dormir Bon nuit) y que Cou Cou! es como un Holi!, tierno. El francés me parece excesivamente difícil como idioma para aprender de cero en los 30’s pero me gusta el desafío. De los idiomas me gusta, me encanta, me motiva, que son una herramienta para conocer el mundo, para conocer gente, para conocer nuevas formas de casi todo, en estos días no dejé de pensar en eso. El idioma puede ser una barrera e impedirte conocer. O también una herramienta, y permitirte conocer. Y nada me gusta más que conocer, asique desafío asumido, quiero hablar francés. Hablar de poder comunicarme, no de ser bilingüe [hace mucho saqué de la ecuación el perfeccionismo y la verdad soy mucho más feliz].
La costa azul (Cote d’Azur) me fascinó. Me recordó a Cinque Terre, pueblitos uno cerca de otro cada uno con su propia identidad y particularidad tan diferente y a la vez parecida a los otros. En este caso no se camina de pueblo a pueblo como hicimos en Cinque Terre, pero a 30’ de tren tenes el siguiente. Hicimos un día entero en Touloun donde nos quedamos durante los días en la Costa Azul. Touloun tiene playas y chiringuitos para beber vino de la zona (el rosé) y comer ostras con vista al mar, y fue lo primero que hicimos. Lo segundo también, y lo tercero :p. En Cassis, otro pueblo a 30’ en tren hicimos un hike que en total fue de 17 km, recorriendo 3 calas con unas vistas al mar que combinan un turquesa con azul oscuro y celeste marino que no se puede explicar:
Calanque d’En-vau te quedas en mi <3
Conociendo lugares nuevos me siento una aprendiz, y es mi mejor estado. Me doy cuenta que del mundo no sabemos nada. Que solo sabemos de nuestras formas de verlo o interpretarlo o vivirlo pero que nada de eso es la certeza absoluta, eso es simplemente lo conocido, y lo conocido no siempre es lo mejor. Lo conocido es solo eso: lo conocido. Y cada vez que me muevo de ahí siento volver a mi, conecto con esa esencia que vive en mi que solamente sale a la luz cuando me muevo, cuando escucho mi curiosidad, cuando la sigo, sin saber cómo resultará. Cada paso que di en mi vida siguiendo mi curiosidad valió la pena, la alegría, el esfuerzo y la vida entera. Como dice Elizabeth Gilbert, todo gasto o sacrificio son válidos con tal de viajar. 100%.
::: Au revoir!! XOXOXOOX :::